Este volumen sin precedentes se produjo en paralelo a una elevada presión sobre la logística a temperatura controlada, un segmento que opera con márgenes técnicos estrechos y que, ante escenarios de alta demanda, enfrenta desafíos operativos en términos de capacidad, trazabilidad y control térmico.
Según el informe de CBRE sobre la logística del frío, el coste de distribución de productos refrigerados es el doble que el de productos secos, y el de productos congelados llega a ser cuatro veces superior. Además, el mercado muestra una creciente demanda de instalaciones frigoríficas de última generación, eficientes y sostenibles, cuya contratación suele implicar compromisos a largo plazo debido a las elevadas inversiones que requieren.
En este contexto, gestionar la trazabilidad y evitar colapsos en la cadena del frío durante picos de demanda como el Black Friday exige una estrategia operativa sólida, visibilidad en tiempo real y capacidad de adaptación a incidencias logísticas sin margen de error.
Riesgo térmico como variable de gestión
En campañas intensivas como el Black Friday, el transporte refrigerado enfrenta un reto estructural: debe cumplir parámetros técnicos estrictos —como temperatura, humedad o ventilación— mientras responde a un entorno logístico inestable.
El "riesgo térmico”, entendido como la posibilidad de que una desviación en ruta, una espera prolongada o una saturación en plataforma rompa la cadena de frío, se convierte en una variable de gestión que debe abordarse desde el diseño de la operativa, no solo durante la ejecución.
Este riesgo no se mitiga únicamente con equipos adecuados, sino con decisiones estructuradas: ubicación de nodos intermedios, diseño de rutas escalables, validación cruzada de registros entre actores y protocolos de excepción activables en minutos. La logística del frío, ante eventos de esta magnitud, requiere control y planificación más que reacción.
Construir resiliencia en frío: un modelo tridimensional
La resiliencia en entornos refrigerados no se construye con redundancia, sino con inteligencia operativa. El modelo más eficaz combina tres dimensiones interdependientes:
Aplicar este enfoque exige replantear la pregunta operativa. No se trata de "qué hacer si se rompe la cadena térmica”, sino de "qué estructuras logísticas permiten preservarla en contextos de alta presión”.
Post-campaña: donde realmente se gana o se pierde
El periodo posterior a una campaña como el Black Friday es tanto una fase operativa como una oportunidad estratégica. En lugar de cerrar operaciones y volver a la rutina, los operadores logísticos deben usar este momento para identificar patrones de riesgo, ajustar modelos predictivos y rediseñar estructuras operativas con base en datos reales.
Identificar los puntos donde se acumularon cargas, se produjeron desviaciones térmicas o se forzó la operativa más allá de sus límites óptimos permite ajustar y mejorar el sistema logístico. Campañas masivas como el Black Friday actúan, en este sentido, como laboratorios reales de estrés operativo que, si se analizan adecuadamente, pueden convertirse en valiosas fuentes de innovación y mejora continua.
El operador como integrador de resiliencia
En este nuevo paradigma, el operador logístico especializado en temperatura controlada no actúa solo como transportista, sino como integrador de resiliencia logística. Su capacidad no se mide exclusivamente en kilómetros recorridos o volumen transportado, sino en su habilidad para proteger el valor térmico del producto, mantener la trazabilidad como activo estratégico y sostener el servicio en condiciones límite.
Esta función exige no solo experiencia operativa, sino también dominio tecnológico, capacidad de análisis en tiempo real y flexibilidad estructural. Además, implica una visión transversal que abarca desde la planificación anticipada hasta la respuesta ante incidencias, pasando por la coordinación con múltiples actores de la cadena. En definitiva, el éxito del servicio, en este contexto, no depende únicamente de la entrega final, sino del equilibrio constante entre control térmico, eficiencia operativa y cumplimiento normativo.
En este sentido, Soapa, representa no solo un proveedor logístico, sino un socio de seguridad operativa. Su propuesta responde a los desafíos contemporáneos del sector con una visión integral, orientada no solo a mover producto, sino a preservar valor y garantizar los estándares de calidad, incluso cuando la presión logística alcanza sus niveles máximos.